La importancia de los espejos retrovisores

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Hay muchas personas que no entienden ni le dan la suficiente importancia a los espejos retrovisores, llegando al punto de que si se rompen o son robados tardan bastante tiempo en acudir a un desguace para volver a colocarlos en su vehículo. Estos espejos son imprescindibles para poder manejar correctamente cualquier automóvil, aunque haya gente que se vea capacitada de conducir sin tener que utilizarlos, cosa que es imposible.

Los tres tipos de espejos retrovisores

El espejo retrovisor central debe de estar correctamente situado de forma centrada, aunque a veces se encuentre un poco ladeado hacia la derecha debido a que se conduce desde el lado izquierdo del coche, para poder visualizar a través de la luna trasera la parte de atrás del coche. Con este espejo se pueden ver los coches que vienen detrás nuestra, y los peatones que pasan cuando vayamos marcha atrás.

Los espejos retrovisores izquierdo y derecho son de vital importancia, ya que nos permiten ver los “puntos ciegos” a los que no podemos llegar con el retrovisor central. Otra función que tienen estos espejos es la gran ayuda que aportan en nuestro aparcamiento, ya que al poder moverlos en distinta posición ayudan a la hora de aparcar correctamente y no rozar o chocar el coche contra cualquier obstáculo que haya. Para saber la posición correcta de estos dos espejos hay que fijarse en si podemos ver las manijas de las puertas traseras por cada lado. Si se ven las de las dos puertas de ese lado o ninguna, el espejo no estará correctamente fijado. Igualmente que hay que tener visualización de la calzada en todo momento.  

Los ángulos muertos

Antes de arrancar el coche, debemos asegurarnos de que todos los espejos retrovisores están regulados correctamente y tenemos una visión óptima de todos los puntos del coche. Es inevitable que exista una zona lateral del vehículo que escapa a nuestra visión. Es el conocido ángulo muerto de visión. El máximo peligro que conlleva se produce durante los adelantamientos, especialmente si hay mucha diferencia en las dimensiones de los vehículos implicados. 

Para evitarlo, la Dirección General de Tráfico recomienda regular los espejos siempre con el vehículo parado, en llano y con el conductor en su posición habitual de conducción. Además, avisar con suficiente antelación el movimiento otorga cierto margen al vehículo que circule precisamente por esa área que no alcanzamos a ver. También es útil girar levemente la cabeza para comprobar que no circula ningún coche o vehículo en paralelo, siempre y cuando el movimiento se realiza rápidamente y sin variar la dirección del coche. 

Hasta la más mínima acción a la hora de conducir un coche que no se haga con la suficiente revisión o con el correcto uso de los espejos retrovisores puede acabar en un accidente.
Por este motivo, no hay que dudar en acercarse a nuestro desguace de confianza una vez que nos hayan roto o robado los espejos retrovisores para reponerlos de inmediato.