Obtención de chatarra

en

Cerca de 1,3 millones de vehículos son enviados al año para desguace en España, estos producen una media por unidad de 800 Kg de chatarra. La chatarra es lo que queda tras el proceso de reciclaje del vehículo, desde que entra al CAT (Centro Autorizado de Tratamiento de Vehículos al final de su vida útil) hasta su fundición, proceso en el cual se obtienen nuevos materiales. Para la chatarra derivada de recambios y piezas se siguen los mismos pasos, exceptuando algunos casos en los que se solapan algunos pasos.

 

Proceso de reciclaje de un vehículo

Los pasos a seguir para el proceso de reciclaje de un vehículo son los siguientes:

       Admisión del vehículo en el desguace, con destino centro de reciclado.

       Comprobación del vehículo. Se constata que el vehículo esté dado de baja y dispuesto para ser tratado. Si se confirma que todo está en regla, se gestiona la baja y se concede el certificado de destrucción.

       Proceso de descontaminación. Se quitan todos los líquidos y elementos expuestos al medio ambiente, tal como aceites, combustible, baterías, neumáticos, entre otros. Estos restos son tratados por empresas gestoras de residuos industriales.

       Desmontaje de los elementos que pueden volverse a utilizar. Se quitan los elementos que se pueden volver a utilizar, se clasifican y posteriormente se almacenan. Talleres mecánicos y clientes particulares compran las piezas recuperadas que necesitan.

       Prensado. La carcasa que suele ser únicamente lo que queda es reducida con una prensa y se convierte en un bloque de chatarra, el cual es habitual que mida aproximadamente 1×0,5×0,5 m.

       Por último, los paquetes llegan a las fragmentadoras. Donde se trituran y se clasifican los metales de los residuos ligeros de fragmentación. En este paso es cuando la chatarra metálica se funde para poder así obtener materiales nuevos, y lo que queda se suprime a través de otros procesos diferentes de recuperación o se colocan en vertederos vigilados.

 

Tipos de chatarra

La chatarra se encuentra dividida en dos tipos:

       Chatarra de metales ferrosos: procedente del hierro, acero y otros componentes.

       Chatarra de metales no ferrosos: de otros metales, como por ejemplo el plomo o el magnesio.

Su origen puede ser principalmente origen propio, industrial u obsoleto. El origen propio es el producido en la fábrica. El industrial son las sobras de chatarra que provienen de desechos producidos en la elaboración de productos fabricados con metal como son los electrodomésticos. Y el obsoleto son los productos que ya no se usan.

El reciclaje de chatarra es muy importante en el sector. Se producen chatarras en desguaces, de vehículos de transporte, de aparatos electrónicos, etc. Todos los metales se pueden reciclar, siempre y cuando su uso haya finalizado, se pueden reciclar ilimitadamente sin desaprovechar sus propiedades y su calidad. Existe una disminución del impacto medioambiental debido a la extracción de materias primas. La recuperación de la chatarra contamina mucho menos y es menos perjudicial que la producción de acero nuevo. Su compra supone un importante ahorro económico para el comprador.